Técnicas que ayudan a recuperar suelos degradados por la deforestación
Escrito por: Marcela Zapata | Marzo 12 de 2025
La deforestación es una de las principales causas de la degradación del suelo a nivel global. El proceso de deforestación, que implica la eliminación de la cobertura vegetal, deja los suelos expuestos a la erosión y la acidificación, reduce su capacidad para retener agua y absorber nutrientes, y puede alterar su composición química debido a la acumulación de residuos o sustancias contaminantes, inducidas -ya sea debido a causas accidentales o intencionales- por parte de la especie humana.
Un suelo se considera degradado cuando las propiedades físico-químicas y biológicas de este se encuentran afectadas por una variedad de procesos, tales como la erosión, la desertificación y la pérdida de nutrientes, reduciendo su capacidad actual o futura de sostener ecosistemas que sustentan la vida. Es por ello que los efectos que tiene la degradación de los suelos tienen consecuencias graves para la salud de nuestro planeta, ya que el suelo es un recurso natural esencial para el desarrollo de la vida y la biodiversidad en la Tierra, al servir como hogar para diferentes especies y ser una fuente de nutrientes, agua y minerales para los árboles y plantas que, entre las muchas otras funciones que tienen, representan nuestro sustento de oxígeno y alimentos.
Esta problemática ambiental se hace más preocupante al tener en cuenta que los suelos requieren de un período de tiempo extenso para formarse y, eventualmente, para recuperarse, siendo entonces un problema crítico con impactos negativos en la biodiversidad, la productividad agrícola y la salud humana. En casos extremos, la degradación del suelo puede llevar incluso a extremos irreversibles como la desertización.
Afortunadamente, existen múltiples prácticas de manejo para contrarrestar los efectos de la degradación y restaurar los suelos afectados, permitiendo su recuperación funcional y su reintegración en sistemas productivos y ecosistemas saludables. En este artículo presento medidas de mitigación y recuperación de suelos degradados teniendo como objetivo el cuidado y recuperación de la tierra:
¿Qué técnicas se pueden aplicar para mejorar los suelos?
Existen diferentes tipos de técnicas de recuperación, dispuestas en función de las condiciones específicas de cada entorno, entre otros aspectos. De esta manera, para determinar qué técnica o técnicas es mejor utilizar, se inspeccionan el tipo de suelo y la naturaleza e intensidad de la degradación sobre el mismo.
Ahora bien, es importante mencionar que, aunque existen estas medidas, es crucial la prevención como primer paso hacia la conservación para mantener los recursos naturales y su medio ambiente productivos; una vez hay un grado de degradación en curso, la mitigación ayuda a detener la degradación continua y comenzar con el mejoramiento de los recursos y sus funciones. Cuando el suelo ya se encuentra degradado, es necesario que este sea rehabilitado mediante medidas de recuperación. En consecuencia, se necesitan inversiones de largo plazo para poder obtener algún impacto, sumado a otros parámetros técnicos, como el costo y el tiempo de tratamiento requerido, etc.
Así, para recuperar un suelo degradado, se pueden aplicar prácticas de manejo con técnicas que favorecen el uso sostenible del suelo. A continuación mencionaré algunas técnicas efectivas agrupadas en cinco grupos:
1. Técnicas para mejorar la estructura y fertilidad del suelo
- Aporte de materia orgánica: Es la incorporación de enmiendas orgánicas o también llamadas abono las cuales son el resultado de la descomposición y mineralización de residuos de origen vegetal, animal e industrial como el compost, estiércol, cáscaras de frutas, o residuos propiamente del cultivo.
El uso de estas enmiendas contribuye a restaurar la fertilidad del suelo, ya que su adición puede ayudar a mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo al promover la actividad de microorganismos beneficiosos y estimular el crecimiento vegetal, así como favorecer la retención de humedad.
- Rotación y diversidad de cultivos: Los monocultivos (cultivo predominante de una sola especie vegetal) tienen efectos negativos sobre el suelo, ya que agotan los nutrientes del mismo: al tratarse de una misma especie, hace que disminuyan la variedad de microorganismos y bacterias presentes, necesarias para la fertilidad. Es por ello que alternar los ciclos en el cultivo, ya sea por otra especie o genotipo mejora la estructura y evita la erosión; así como también favorece el desarrollo y diversidad de la biota del suelo.
2. Técnicas para controlar la erosión y restaurar la cubierta vegetal
- Barreras de protección vivas o muertas: Utilizar cercas de árboles o residuos vegetales para disminuir el impacto del viento y el agua.
- Terrazas y curvas de nivel: Esta técnica permite reducir la velocidad del agua y evitar la erosión en terrenos inclinados.
- Siembra de cultivos de cobertura: Los cultivos de cobertura, como leguminosas o gramíneas, desempeñan un papel esencial en la recuperación de suelos degradados por la deforestación. Estas plantas cubren rápidamente el suelo, evitando su exposición directa a los agentes erosivos como el viento y la lluvia. Además, las raíces de los cultivos de cobertura mejoran la estructura del suelo y, en el caso de las leguminosas, fijan nitrógeno atmosférico, aumentando la disponibilidad de nutrientes.
3. Técnicas para la recuperación de suelos compactados
-
Subsolado o labranza mínima: Esta técnica rompe la compactación sin destruir la estructura del suelo, favoreciendo la porosidad.
-
Siembra de cultivos con raíces pivotantes: La siembra de cultivos como la alfalfa o el rábano forrajero favorecen la penetración y aflojan el suelo favoreciendo su estructura.
4. Técnicas para el manejo de la contaminación y salinidad
- Fitorremediación para suelos contaminados: En suelos contaminados debido a prácticas asociadas a la deforestación, como el uso excesivo de pesticidas o la acumulación de metales pesados, la fitorremediación es una solución viable. Este método utiliza plantas capaces de absorber, acumular o degradar contaminantes presentes en el suelo. Por ejemplo, especies como los girasoles y los álamos se han utilizado con éxito para extraer metales pesados, mientras que otras plantas pueden degradar hidrocarburos o compuestos tóxicos.
- Lavado del suelo: Las sales solubles se lixivian o lavan del suelo con un drenaje adecuado y una fuente limpia de agua de riego disponible . El drenaje es esencial para recuperar suelos salinos, ya que el agua debe moverse a través del suelo (en lugar de escurrirse por la superficie) para mover las sales debajo de la zona de la raíz de la planta.
- Incorporación de enmiendas: La aplicación de algunos materiales que ayudan a corregir algunas dificultades químicas en el suelo y mejoran su calidad, por ejemplo la aplicación del yeso en suelos sódicos, ayudan a mejorar su estructura.
5. Técnicas térmicas
- Pirólisis: La pirólisis es un procedimiento termoquímico que a través de un proceso de combustión convierte los residuos en productos aprovechables como calor, aceite pirolítico y gases de síntesis. Además, la pirólisis de biomasa residual se utiliza comúnmente en la producción de biocarbón o biochar, cuyo uso, como mencionaba anteriormente, promueve la recuperación de suelos degradados.
Importancia de estas técnicas para la sostenibilidad
Además de permitir restaurar suelos degradados y contaminados, la aplicación de estas técnicas también contribuye a objetivos más amplios de sostenibilidad. Por ejemplo, la recuperación de suelos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria, ya que los suelos sanos son la base de una producción agrícola sostenible. Además, estas prácticas ayudan a mitigar el cambio climático mediante la captura de carbono y la mejora de los ciclos hídricos locales.
Por otro lado, restaurar suelos degradados impulsa la conservación de la biodiversidad, ya que los suelos saludables favorecen el establecimiento de flora y fauna. También promueve beneficios económicos, como el aumento de la productividad agrícola y la generación de empleos relacionados con actividades de restauración.
En definitiva, estas técnicas son herramientas esenciales para revertir el daño causado por este problema ambiental. Su implementación no solo recupera la funcionalidad del suelo, sino que también fortalece los ecosistemas y beneficia a las comunidades humanas que dependen de ellos.
En nuestra organización estamos comprometidos con la cero deforestación, ya que reconocemos el papel fundamental que tienen los suelos y los bosques para la salud del planeta. Es por ello que llevamos a cabo una gestión sostenible de los recursos que hacen posible nuestra operación como líderes en la industria del papel, teniendo una gestión forestal responsable que cumple con una cadena de custodia certificada por tres esquemas internacionales de gestión forestal.