El reto
Scania buscaba una solución más sostenible y eficiente en cuanto a costes para sus embalajes de lunetas o parabrisas. El nuevo embalaje tenía que sustituir los distintos materiales empleados en los antiguos embalajes, como el poliestireno y el plástico, así como conseguir una carga óptima de la mercancía en la actual cadena de suministro. También era necesario proteger el producto de forma eficiente para diferentes tamaños de parabrisas y aumentar la eficiencia del tiempo de embalaje.