Crisp quedó muy satisfecha con el resultado, y su director de operaciones, Justin Koekenbier, comentó: "Las pequeñas innovaciones, desarrolladas por Smurfit Kappa, son las que han marcado la diferencia". El resultado final fue una solución de embalaje sostenible, en línea con la marca Crisp, con asas resistentes que facilitaban la entrega y mejoraban la percepción del consumidor, ya que el embalaje era mucho más fácil de plegar para su reciclaje.