Bag-in-Box: una solución de envasado sostenible
La menor huella de carbono de la industria según estudios de ACV.
En la actualidad, los Análisis de Ciclo de Vida (ACV) son la forma más completa de evaluar el impacto medioambiental total de un envase.
Según diferentes estudios, Bag-in-Box presenta claramente los mejores resultados en términos de calentamiento global con una huella de carbono 8 veces inferior a la de las botellas de vidrio.
Un dato muy relevante, teniendo en cuenta que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero es el principal factor asociado con el calentamiento global y sus consecuencias: aumento del nivel del mar, extinción masiva de especies, clima extremo, etc.
Bag-in-Box evita el desperdicio alimentario.
Al proteger de forma óptima el producto antes y durante su uso para maximizar su conservación y permitir un consumo fraccionado, la solución Bag-in-Box evita que se desperdicie el contenido.
El desperdicio alimentario es un problema importante, ya que, según la FAO, un tercio de los alimentos se echan a perder en todo el mundo.
Dado que el 90 % de las emisiones de carbono provienen de los alimentos envasados (10 % de los envases), ¡resulta fundamental luchar contra el desperdicio alimentario!
Reducción del peso del envase.
Según Flexible Packaging Europe, se ahorrarían 26 millones de toneladas en materiales de envasado si todos los alimentos se envasaran en envases flexibles.
Hemos comparado nuestras bolsas con diferentes envases rígidos de plástico habitualmente utilizados para el mismo producto, y la reducción del plástico es enorme: entre un 54 % y un 86 %, dependiendo del tipo de envase comparado.
Ahorro en el transporte y el almacenamiento.
Los envases vacíos se suministran plegados, por lo que ocupan poco espacio, y una vez llenos, son fáciles de paletizar. Esto conlleva un ahorro sustancial en costes logísticos y emisiones de CO2 .
Gracias a su forma rectangular, el Bag-in-Box requiere muy poco espacio de almacenamiento. Por ejemplo, un camión lleno de envases BIB de 5 litros equivale a 7 camiones llenos de botellas de 75 cl.
Un 75 % de cartón ondulado.
Un envase Bag-in-Box de 3 L está hecho de más de un 75 % de cartón ondulado (un material 100 % reciclable, renovable y biodegradable) y solo el 25 % de plástico.
Actualmente, en Europa se reciclan el 85 % de los envases de cartón. La caja y la bolsa pueden separarse sin dificultad, facilitando el reciclaje del cartón ondulado.
La reciclabilidad de la bolsa depende de cada país y de su infraestructura de recogida/clasificación y reciclaje. Estamos trabajando con nuestros proveedores en nuevas estructuras de film reciclables y de un solo material para sustituir aquellos plásticos para los que, hoy por hoy, no existen soluciones de reciclado.
No acaba en el medioambiente.
Bag-in-Box no forma parte de los productos de plástico que se suelen encontrar en las playas o en la naturaleza, como las botellas de PET o las bolsas de snacks.
De hecho, el Bag-in-Box se suele consumir en casa y desechar en un cubo de basura después de su uso. No se trata de un envase individual que se consume on-the-go, por lo que es poco probable que acabe contaminando un bosque o una playa.
Menor consumo de agua y energía.
En comparación con otros tipos de envases, el consumo de agua y energía para la producción de Bag-in-Box es bajo.
En un estudio realizado en 2010 por BioIntelligence, el Bag-in-Box presentó los mejores resultados en cuanto a consumo de agua y energía.
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