Todo nuestro papel se fabrica a partir de recursos renovables, utilizando fibras de madera procedentes de bosques sostenibles.
Cuando se trata de materiales de embalaje respetuosos con el medioambiente, el papel lo tiene todo, puesto que se puede reciclar, es renovable y, en los últimos años, ha obtenido sistemáticamente el mayor índice de reciclaje. Además, aunque acabe en la basura, sigue siendo biodegradable.
El papel es el material que más se recoge y recicla del mundo
A medida que cobran fuerza las iniciativas para reducir los residuos, se valora más la facilidad con la que el papel puede ser reciclado. La tasa de reciclaje y recogida de papel y cartón es la más alta entre todos los materiales de embalaje y representa un 85,5 % y un 92,5 % respectivamente (Eurostat 2016). En Smurfit Kappa, contribuimos a un mundo sin residuos apoyando el concepto de circularidad. Recogemos los envases y embalajes usados y reutilizamos más del 90 % de este material en nuestro modelo de negocio de ciclo cerrado.
El papel protege más recursos de los que utiliza
El embalaje es esencial para minimizar los daños a los productos y prolongar su vida útil. De media, se invierten diez veces más recursos —materiales, energía y agua— en los productos que en los embalajes empleados para protegerlos. Sin el embalaje, muchos de los productos fabricados o los alimentos cultivados se dañarían o estropearían antes de llegar al consumidor.
El embalaje de papel favorece al bienestar de los bosques
En Smurfit Kappa solo el 25 % de las fibras que utilizamos proviene directamente de madera fresca, mientras que el 75 % de nuestras fibras proceden de fuentes recicladas. Toda nuestra madera procede de bosques plantados y gestionados de forma sostenible y con cadena de custodia certificada por FSC® o PEFC™. En la actualidad, más del 90 % de nuestras entregas a clientes cuentan con la certificación de la cadena de custodia y, para 2025, nuestro objetivo es aumentar esta cifra hasta el 95 %.